Geolocalización en el trabajo: ¿Qué derechos tiene el trabajador?
Verónica Santisteban García • 18 de septiembre de 2024
En los últimos años, el uso de la tecnología en el ámbito laboral ha crecido exponencialmente, y con ello, también las medidas de control y supervisión por parte de las empresas. Una de estas medidas, que cada vez gana más terreno, es la geolocalización a través de los teléfonos móviles que las empresas proporcionan a sus empleados. Aunque este tipo de control puede parecer útil para ciertos fines, como la organización o la seguridad, también plantea importantes cuestiones en torno al derecho a la intimidad y la privacidad del trabajador.
En este artículo, explicaremos qué derechos tiene el trabajador frente al uso de la geolocalización por parte de la empresa y qué requisitos deben cumplir las compañías para garantizar que estas medidas respeten los derechos fundamentales de sus empleados.
¿Qué es la geolocalización y por qué se usa en el trabajo?
Es la tecnología que permite conocer la ubicación exacta de un dispositivo en tiempo real. En el entorno laboral, las empresas suelen implementar sistemas de geolocalización en los teléfonos móviles o vehículos proporcionados a sus empleados para diferentes propósitos, como:
Verificar los desplazamientos y tiempos de trabajo.
Asegurar que los empleados estén cumpliendo con sus funciones en los lugares asignados.
Garantizar la seguridad de los trabajadores, especialmente en sectores de alto riesgo o que requieren desplazamientos frecuentes.
Sin embargo, el uso de la geolocalización debe estar sujeto a ciertas reglas para evitar que vulnere los derechos de los trabajadores.
Derechos del trabajador frente a la geolocalización
El hecho de que una empresa proporcione un teléfono móvil o vehículo con sistema de geolocalización no significa que pueda monitorizar a sus empleados sin restricciones. Los trabajadores tienen una serie de derechos que la empresa debe respetar en todo momento.
1. Derecho a la intimidad y a la privacidad
El artículo 20 bis del Estatuto de los Trabajadores establece que las empresas pueden implementar medidas de vigilancia y control para asegurar el cumplimiento de las obligaciones laborales. Sin embargo, estas medidas deben respetar los derechos a la intimidad y la dignidad del trabajador. La empresa no puede hacer un uso indiscriminado o excesivo de la geolocalización.
En resumen, el control no puede vulnerar el derecho a la privacidad del trabajador. Si bien la empresa tiene un legítimo interés en conocer ciertos aspectos de la actividad de sus empleados, esta monitorización debe estar siempre justificada.
2. Información previa y transparente
Uno de los requisitos más importantes es que la empresa debe informar previamente al trabajador de la instalación y uso de la geolocalización. Esto significa que el empleado tiene derecho a saber de forma clara:
Que su dispositivo está siendo geolocalizado.
Cuál es la finalidad del control mediante geolocalización (por ejemplo, seguridad o control de desplazamientos).
Qué datos se van a recoger y cómo se utilizarán.
Quién tendrá acceso a esos datos y por cuánto tiempo se almacenarán.
Esta información debe proporcionarse por escrito, normalmente en la política de privacidad de la empresa o mediante un documento específico de consentimiento. Es importante que el trabajador tenga plena conciencia de que sus movimientos pueden ser monitorizados y para qué propósito se hace.
3. Finalidad legítima y proporcionalidad
La geolocalización debe estar justificada por una finalidad legítima. No basta con que la empresa quiera vigilar a sus empleados por mera curiosidad o como forma de ejercer control absoluto. Los fines que justifican esta medida pueden incluir:
Mejorar la eficiencia en la organización de las rutas de trabajo.
Garantizar la seguridad de los empleados que trabajan en sectores de riesgo.
Verificar que los empleados cumplen con los desplazamientos laborales requeridos.
Además, la medida debe ser proporcional. Esto significa que no puede usarse la geolocalización de manera excesiva o fuera de contexto. Por ejemplo, sería desproporcionado que una empresa siga controlando la ubicación de un empleado fuera de su horario de trabajo o cuando no tiene razones justificadas para hacerlo.
4. Derecho a la desconexión digital
La desconexión digital es otro derecho fundamental que tiene el trabajador, especialmente relevante en un entorno donde las tecnologías de comunicación y control están cada vez más presentes. Este derecho está contemplado en la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales (LOPDGDD), y establece que los empleados no deben estar obligados a estar disponibles ni ser controlados fuera de su horario laboral.
Por lo tanto, la empresa no puede exigir o realizar un seguimiento de la ubicación de un trabajador durante sus horas de descanso, fines de semana, o fuera del horario laboral acordado. Respetar este derecho es esencial para garantizar un adecuado equilibrio entre la vida laboral y personal.
5. Derechos ARCO: Acceso, Rectificación, Cancelación y Oposición
Los trabajadores también tienen derecho a acceder a los datos de geolocalización que la empresa está recogiendo sobre ellos. Estos derechos, conocidos como derechos ARCO, permiten al trabajador:
Acceder a los datos y saber cómo se están utilizando.
Rectificar información incorrecta o desactualizada.
Cancelar el tratamiento de datos si la finalidad ha dejado de justificarse.
Oponerse a la geolocalización si considera que su uso vulnera sus derechos fundamentales.
6. Medidas de seguridad y confidencialidad
La empresa está obligada a garantizar que los datos de geolocalización recogidos sean tratados con confidencialidad y seguridad. Esto implica que solo personas autorizadas deben tener acceso a esa información y que los datos no deben utilizarse para fines distintos a los comunicados al trabajador.
Además, la empresa debe asegurarse de que los datos no sean almacenados por más tiempo del necesario y que estén protegidos contra cualquier tipo de acceso no autorizado.
La geolocalización es una herramienta útil en el entorno laboral, pero su uso debe estar siempre sujeto a los derechos fundamentales de los trabajadores. Las empresas deben actuar con transparencia, proporcionalidad y respetando el derecho a la intimidad de sus empleados. Para los trabajadores, conocer sus derechos es clave para evitar abusos y garantizar que el control tecnológico no se convierta en una invasión de su vida privada.